Testimonios

Testimonios de funcionarios que se acogieron a la Ley 20.374, de Incentivo al Retiro

Tanto por la opción de capacitación que ofreció la Universidad a quienes se acogieron a retiro voluntario, como los incentivos monetarios que la ley involucra, sus beneficiarios coinciden en definirla como una “oportunidad”.

A la fecha, más de 500 personas de la Universidad de Santiago de Chile han presentado su renuncia con el propósito de optar a los beneficios de la Ley Nº 20.374, denominada Ley de Incentivo al Retiro Voluntario. El cuerpo legal, que persigue la renovación de los cuadros académicos y de funcionarios de las universidades, ha sido reconocido como una favorable opción entre quienes están en edad de jubilar, porque ofrece la posibilidad de buscar nuevas oportunidades y una mejor pensión.

 

 

Ramón Ramos, académico:

“Un retiro con dignidad”

Lejos de pensar en un retiro pasivo, el académico Ramón Ramos está lleno de proyectos al comenzar esta nueva etapa. Se acogió a la ley porque consideró atractivos los incentivos económicos que ofrece y tuvo la alternativa de seguir unido a la Universidad como académico de excelencia, con una jornada de menos horas, que le permite mantener algunos de los proyectos que más le interesan.

“Estoy escribiendo dos libros en Chile y uno en Argentina, además de algunos proyectos con España. Y es que creo que aún queda mucho para dar, pero esta iniciativa legal es una opción que vale la pena tomar, ya que permite un retiro con dignidad. Es preciso poner las cosas en la balanza y evaluar lo que se gana y lo que se pierde; en mi caso, la balanza se inclinó por el retiro”, comenta.

 

 

Mireya Navarro, funcionaria:

“Nos iremos contentas”

Tras concluir el curso de pastelería, que tomó junto a otras 20 personas que como ella se acogieron a la Ley de Retiro Voluntario, Mireya Navarro aprovechó el contacto que la Universidad hizo con la empresa Central de Restaurantes y ya tiene una nueva opción laboral. Con todo, su mayor deseo es seguir unida a la Universidad donde se ha desempeñado la mayor parte de su vida.

“Nos iremos contentas, porque además de haber tenido la oportunidad de capacitarnos para enfrentar nuevos desafíos con más seguridad, seguiremos unidas a la Universidad de distintas maneras: mantendremos nuestro correo corporativo, la opción de asistir a los conciertos y actos culturales, así como la posibilidad de usar las instalaciones deportivas y recreativas. Todo esto hace que nos sintamos apoyadas y podamos tomar de mejor forma esta decisión tan sensible”, destaca.

Asimismo, sostiene que, a pesar de tener ganas y energías para continuar trabajando, su deseo es poder tener tiempo para realizar todos aquellos sueños postergados.

 

 

Elcira Monreal, funcionaria:

“Para los administrativos es una muy buena ley”

Luego de informarse a cabalidad respecto de todos los alcances de la ley, lo que incluso le ha permitido asesorar a muchas otras personas, Elcira Monreal tomó la opción de acogerse a la Ley Nº 20.374, convencida de que era la mejor alternativa.

“Las crisis económicas han rebajado los fondos de pensiones y podrían bajar aún más, perjudicando mucho a las personas en edad de jubilar; por eso creo que esta ley es oportuna y representa una posibilidad, la que se ve reforzada por la iniciativa de la Universidad de capacitarnos para enfrentar mejor esta nueva etapa”, señala.

Ella tomó el curso de gastronomía francesa y se entrevistará con Central de Restaurantes, para evaluar la posibilidad de desempeñarse en un horario flexible, que le permita, además, realizar todos aquellos planes postergados por falta de tiempo.

Segura de representar el interés de muchas personas en su condición, Elcira lidera un grupo de personas que desea integrar una organización que les permita seguir ligadas a la Universidad y que represente una red de apoyo para quienes se retiran. “El rector nos ha dicho que la Universidad seguirá abierta para nosotros y eso debemos hacerlo realidad”.

 

 

Bernardo Pino, funcionario:

“Quienes jubilaron antes se han ido sin nada”

Bernardo Pino ingreso en el año ‘67 a la Universidad, a las dependencias del casino central. Comenzó como garzón, llegando a ser jefe de bodega y por muchos años fue responsable de 1.800 almuerzos diariamente.

Hoy, tras capacitarse con quienes se acogieron a la Ley Nº 20.374, sus planes son poner en práctica sus conocimientos de Cocina Internacional, los que sumados a su experiencia como banquetero le brindan una excelente oportunidad para iniciar una nueva etapa en su vida.

“Ley de Incentivo al Retiro Voluntario es una buena oportunidad, sobre todo si se suma la opción de capacitarnos que nos dio la Universidad. Es necesario hacer memoria y mirar hacia atrás y ver que quienes se han jubilado anteriormente se han ido sin nada”, señala.

Bernardo Pino asegura que: “Nunca es tarde para aprender”. Es importante estar activo y sentirse útil. Sus deseos para la Universidad es que llegue a ser la primera a nivel nacional, “puesto que tiene todo el potencial de las personas para conseguirlo”.

 

 

Florentino Meriño, académico:

“La ley es una buena opción para quienes sufrieron daño previsional”

Pese a su enorme cariño por la Universidad, Florentino Meriño se manifiesta de acuerdo con la renovación de los cuadros académicos, “con traer la juventud a los cuerpos docentes”, por lo cual no lo dudó a la hora de acogerse a la Ley de Retiro Voluntario.

Específicamente sostiene que los 11 meses de sueldo (beneficio entregado por la ley) son, finalmente, un año de tiempo, que anticipadamente puede ayudar a planificar una actividad que contribuya a una mejor pensión, para aquellos que sufrieron daño previsional.

Plantea que es necesaria una actitud mental positiva, para enfrentar la vida, en general, y se declara seguidor de la filosofía del contentamiento, es decir, ser feliz con lo que se tiene.

Invita a quienes aún no se deciden a dar el paso, a cambiar de vida y empezar a ponerse al día con los ausentismos familiares; a emprender nuevas actividades, que sean entretenidas y con las que lo pasen bien; a disfrutar de la sensación de libertad, de descanso, sin presiones ni obligaciones.